La Biblia de las Fibras Naturales
Una guía para aprender a leer etiquetas
Puntos del día. Esto es todo lo que podrás encontrar en el post de hoy:
— Glosario de términos para entender este tema a la perfección por fin
— Comparación de las Fibras Naturales vs. Sintéticas: Los beneficios de las primeras frente a los innumerables peligros de las segundas
— Mi Guía Visual de Fibras Naturales: Origen, Beneficios y Consejos para identificarlas al tacto y a la vista cuando vayas a comprar
— Acceso al Megahilo de prendas naturales de segunda mano que he curado: Buenas fibras, buenas calidades, buenos precios, buenas marcas
Llevamos un tiempo viendo cómo se habla de “evitar sintéticos”, de “disruptores endocrinos” y “fibras naturales”, pero ¿qué significa eso en realidad? ¿Qué telas cuentan como naturales? ¿Merece realmente la pena preocuparse? ¿Y cómo podemos identificarlas?
Esta es tu guía esencial para entender los tejidos naturales, lo suficientemente clara para que no te abrumes y con la sustancia justa para que te sientas como si acabaras de hacer un máster en fibras textiles ancestrales. Puedes guardar este post y consultarlo antes de comprar ropa o enviárselo a tus tías para que tus regalos de cumpleaños, si van a ser pijamas, que al menos sean de algodón.
Glosario
✶ ¿Qué es una fibra natural? ¿Y una sintética?
Son fibras naturales las que provienen de fuentes orgánicas como plantas, animales o minerales. Estas fibras son biodegradables y se descomponen de forma más rápida y limpia. Además, cuidan nuestra piel y son activamente beneficiosas para nuestra salud. Por contraste, las fibras sintéticas —como el poliéster, el nylon o el acrílico— son materiales derivados del petróleo. Aunque son más baratos de producir, su fabricación es altamente contaminante, y su contacto continuo con la piel puede exponer al cuerpo a sustancias químicas perjudiciales que, a largo plazo, afectan nuestra salud. Estos son los llamados disruptores endocrinos.
✶ ¿Y qué son los disruptores endocrinos?
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que alteran el funcionamiento normal de nuestras hormonas. Estos imitan, bloquean o alteran nuestras hormonas naturales, interfiriendo en procesos tan esenciales como el metabolismo, el estado de ánimo, la fertilidad o la respuesta inmunitaria. Muchos tejidos sintéticos liberan microplásticos y aditivos químicos que actúan como disruptores endocrinos. Estas partículas invisibles pueden ser absorbidas por la piel, por eso es especialmente importante no usarlas en las capas que hacen contacto directo con la piel.
La mayoría de la gente usa más ropa sintética cuando hace deporte, justo cuando más debería evitarla. Al sudar, los poros de la piel se dilatan, facilitando que micropartículas y sustancias químicas desprendidas por tejidos como el poliéster, la licra o el nylon penetren en el cuerpo.
Hacer ejercicio con ropa sintética no solo expone más al cuerpo a estos contaminantes, sino que maximiza su absorción en el momento de mayor vulnerabilidad de la piel.
✶ ¿Cómo se hace el poliéster?
El proceso de manufactura del poliéster es un viaje hacia la artificialidad que empieza con el petróleo, una de las fuentes más contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente. Primero, el petróleo se convierte en productos químicos como el etileno y el tereftalato, que luego se fusionan para crear polímeros sintéticos. Estos polímeros, en forma de fibras, son transformados en hilos, que después se tejen o se tricotan para fabricar la tela. Durante este proceso, se emplean grandes cantidades de energía y recursos, mientras se liberan tóxicos en el aire y agua. A medida que las fibras se producen, se utilizan químicos agresivos, y el reciclaje de este material es extremadamente limitado. El poliéster no se descompone, persiste durante siglos, acumulándose en vertederos y en nuestros océanos.
Este proceso industrial no solo es destructivo para la tierra, sino también para el espíritu. El poliéster es un símbolo de lo fugaz, de lo que no respira, no se adapta y no conecta con la naturaleza. Llevar algo tan lejos de lo natural y puro puede, sencillamente, desconectarnos de lo auténtico, creando una barrera entre nosotros y el mundo que nos rodea. La verdadera elegancia va más allá de la apariencia.
La ropa que vestimos es mucho más que una cuestión estética. Es una extensión de nuestro bienestar físico y mental. En este sentido, las fibras naturales son una inversión mucho más saludable para el cuerpo humano y el planeta. Materiales como el algodón, la lana o el lino nacen de la tierra y regresan a ella siguiendo un ciclo biológico rápido y limpio. En cambio, las fibras sintéticas requieren extraer petróleo fósil, someterlo a procesos industriales agresivos —craqueo, polimerización, aditivos tóxicos— y el resultado es un hilo artificial que permanecerá contaminando el planeta durante siglos. Cada elección entre fibras naturales o sintéticas es, en realidad, una elección que deja huella en nuestro cuerpo y en el planeta.
Las fibras sintéticas son el resultado de procesos industriales que impregnan los materiales con sustancias químicas. Al entrar en contacto con la piel, estas fibras liberan compuestos como el BPA y otros petroquímicos que pueden alterar nuestro sistema hormonal, estado de ánimo, metabolismo, fertilidad y sistema inmunológico. Si pensamos en el impacto que tiene la exposición diaria a estos productos, la relación entre la ropa sintética y problemas de salud como la obesidad, la depresión, la infertilidad o ciertos tipos de cáncer empieza a volverse alarmante.
A diferencia de las fibras sintéticas, las naturales no solo son más amables con la piel, sino que tienen una serie de propiedades bioactivas que favorecen la salud. El algodón orgánico, por ejemplo, permite que la piel respire de manera más eficiente, reduciendo la acumulación de sudor y evitando la proliferación de bacterias. La lana tiene propiedades antiinflamatorias y el lino es naturalmente antimicrobiano. Estas fibras tienen la capacidad de equilibrar la temperatura del cuerpo, mantener la humedad a raya y, a la larga, reducir la exposición a patógenos que afectan nuestra salud cutánea.
El peligro de las fibras sintéticas no se queda solo en irritación cutánea y disruptores endocrinos. Cada vez que las lavas se desprenden miles de microplásticos invisibles, los cuales se infiltran en el ambiente y, eventualmente, en nuestro organismo. Estas partículas ya se han encontrado en sangre y placenta humanas. Los microplásticos inducen la aparición de radicales libres y estrés oxidativo. Estos son moléculas inestables que oxidan tus células, dañando el ADN y aceleran el envejecimiento interno y externo. Esto debilita el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer, las cardiopatías y trastornos neurodegenerativos.
Las fibras naturales, en cambio, se biodegradan rápido y no se desmenuzan en plástico. No dejan microfibras tóxicas ni alimentan el estrés oxidativo. Vestir materiales naturales es un acto disruptivo en un mundo saturado de plástico y sobreproducción. Si te preocupa tu salud las fibras naturales son, sin duda, el camino a seguir.
Guía Visual de Fibras Naturales: Origen, Beneficios y Consejos para Identificarlas
En esta guía podrás conocer los diferentes tipos de fibras naturales: de dónde provienen, cómo se producen y cuáles son sus beneficios. Además, aprenderás a identificar cada fibra al tacto y a la vista, para que sepas exactamente qué estás comprando.
✶ ALGODÓN
El algodón natural suele tener un acabado mate, sin brillos artificiales ni tacto plástico. Si lo tocas y se siente seco, con cierta textura, vas bien. Si se arruga al apretarlo con la mano, mejor todavía. Evita los algodones que brillan o que parecen casi satinados: suelen llevar poliéster o acabados químicos. Revisa la etiqueta: muchas camisetas y blusas dicen ser algodón pero esconden mezclas con elastano, viscosa o poliéster. Ojo con las camisetas "100% algodón" que son demasiado elásticas o ligeras: probablemente llevan algo más y no lo muestran.
No pasa nada por llevar un 5% de elastano en la mezcla de un chandal de algodón. No te preocupes. Pero esto va de estar informadas.
Beneficios: Su estructura porosa permite que el aire circule y la humedad se evapore. Es delicado con la piel y libre de residuos tóxicos, ideal para pieles sensibles. Versátil y eterno.
Tips: Busca certificaciones como GOTS. Siente el peso, un buen algodón se nota en el gramaje. Los hilos largos (como el algodón egipcio o pima) dan un acabado ligeramente satinado y duradero. Lávalo en frío, evita la secadora y sécalo al aire.
Estilo: Carolyn Bessette en una camisa blanca abotonada. Es la simplicidad cuando tiene textura.
✶ LINO
Es fácil de confundirlo con imitaciones suaves, pero el lino auténtico tiene una textura viva, con irregularidades visibles en el tejido. Si no arruga, no es lino puro. Las versiones mezcladas con viscosa o poliéster son más suaves y fluidas, pero pierden ese carácter rústico tan elegante. El lino de verdad tiene caída con estructura, no con fluidez. Si lo ves en segunda mano, busca prendas que tengan cuerpo.
Beneficios: Termorregula sin esfuerzo, es fresco en verano y cálido en entretiempo. Es un antibacteriano y antifúngico natural, o sea, menos olores, menos lavados.
Tips: Busca la etiqueta “European Flax”. Elige gramajes altos para evitar transparencias. Lava con jabón neutro, seca al aire y plánchalo cuando aún esté algo húmedo.
Estilo: Las arrugas nobles de Meryl Streep en Out of Africa. Casual con historia.
✶ LANA
La lana de calidad se nota al tacto: cálida, densa, un poco rugosa incluso. Si parece demasiado ligera o tiene brillo, probablemente es mezcla con acrílico. La prueba definitiva es tocarla: la lana de verdad no es estática, no se pega, y no da sensación plástica. Y si tienes dudas, arruga un poco la prenda: la lana retiene forma y vuelve a su sitio, el acrílico no.
Beneficios: Cálida sin sudar, retiene el calor y expulsa la humedad. Es autolimpiante, gracias a la lanolina solo basta con airearla. Vuelve a su forma sin aditivos sintéticos.
Tips: Apuesta por prendas “100 % wool” y evita mezclas con acrílico. Lava a mano o en programa delicado, seca en plano y protege con cedro.
Estilo: Diana de Gales con su jersey de ovejitas y vaqueros Levi’s: clásica, irrepetible.
✶ SEDA
La seda verdadera tiene un brillo suave y profundo, nunca chillón. Si la luz rebota sobre la prenda probablemente sea satén sintético. Al tacto, la seda cambia: primero se nota fría, luego cálida. Suele sonar un poco al moverse, un susurro delicado. Muchas “sedas” comerciales son poliéster disfrazado: suaves pero sin vida, pegajosas y estáticas. Si compras una blusa de poliéster satinado notarás que no puedes transpirar, como si vistieras una bolsa de plástico. La seda verdadera se siente fluida, fresca, transpirable y aireada.
Beneficios: Fresca en verano, cálida en invierno. Minimiza fricción, arrugas y encrespamiento. Su caída natural supera cualquier imitación sintética.
Tips: Es especialmente recomendable en la ropa de cama por sus propiedades hipoalergénicas y beneficiosas para la piel. El acné es muchas veces resultado de una acumulación de bacterias y hongos en las fundas de almohada de tejidos sintéticos. Para cuidarla, lavala a mano con jabón neutro y secala a la sombra.
Estilo: El slip dress marfil de Carolyn Bessette: cero adornos, solo caída perfecta.
✶ PIEL
El cuero auténtico no brilla como plástico, ni huele a fábrica. Tiene un aroma profundo, orgánico, y una textura que varía ligeramente en cada parte. Busca irregularidades sutiles en el grano, pliegues naturales, y un tacto que responde al calor de tu mano. Si al presionarlo no se mueve o se siente como goma, es sintético. Muchos cueros baratos están recubiertos de poliuretano: parecen perfectos, pero son fríos, brillantes y no envejecen bien. El cuero real se marca con el uso, pero mejora con los años: se ablanda, oscurece y cuenta tu historia.
Beneficios: Transpirable, resistente y envejece con carácter. A diferencia del polipiel, el cuero auténtico gana belleza con el tiempo. No genera sudor atrapado, y protege tanto del frío como del calor.
Tips: Ojo con las etiquetas que dicen “piel regenerada”, “bonded leather”, “cuero vegano” o “cuero ecológico”: suelen ser restos triturados pegados con plástico o directamente plástico poliuretano (PU). Si buscas segunda mano, apuesta por piezas vintage de grano grueso y costuras bien hechas. Y si dudas, huele: el cuero bueno huele a vida, no a coche nuevo. Para cuidarlo hidrata con cremas específicas o aceite natural (como aceite de visón o cera de abeja). Guárdalo alejado del sol directo y evita mojarlo.
Estilo: Meg Ryan en French Kiss con chaqueta de piel marrón y vaqueros: effortless, chic y sin fecha de caducidad.
✶ CÁÑAMO
Menos frecuente, pero inconfundible si lo conoces. Tiene una textura firme, casi tosca, parecida al lino pero más estructurada. Si se siente fuerte, con cuerpo vegetal y sin elasticidad, probablemente es cáñamo o mezcla con algodón. Se arruga poco y dura mucho. Es un tejido que mejora con el tiempo, como la buena piel. Si lo ves demasiado suave o brillante, es probable que lo hayan mezclado con viscosa o lo hayan tratado químicamente.
Beneficios: Es muy resistente, dura más que el algodón y mejora con los años. Crece rápido, sin químicos y regenera el suelo. Protege del sol y respira como el lino.
Tips: Busca mezclas de cáñamo con algodón orgánico para mayor suavidad. Que no te asuste su firmeza, se suaviza con el uso sin perder estructura. Lava en frío, seca al aire y plánchalo con vapor si es posible.
Estilo: Vibra 90s: camiseta ecru pesada, cargo anchos y Birkenstocks vintage. Rústico, pero elevado.
✶ Extra tip❗
Cuidado comprando en las tiendas, no des por hecho las composiciones: Tenemos la preconcepción de que las prendas, si son un mismo modelo, serán todas iguales. Es fácil caer en el error de pensar que si la versión en blanco de un vestido está hecha de 100% algodón, todos los demás colores o estampados del mismo vestido también lo serán. ¡Pero no! ¡NO! A menudo, las marcas cambian la composición del material según el color. Puede que el algodón sea el tejido de una prenda en un tono, pero en otros colores, el mismo modelo podría estar hecho de poliéster, acrílico o alguna mezcla sintética. Y aquí viene lo peor: aunque el poliéster o las fibras sintéticas suelen ser mucho más baratas de producir, la prenda no se vende a un precio más bajo. El precio sigue siendo el mismo, pero la calidad y el impacto ambiental son completamente diferentes. ¡Así que fíjate siempre en la etiqueta antes de comprar y que no te den gato por liebre!
He creado un hilo en el chat de girlpope donde compartiré todos mis hallazgos de prendas de primeras marcas, óptima calidad y, por supuesto, fibras naturales. Solo ropa que yo me compraría y solo al precio que yo me la compraría, es decir, puras gangas. Vestir cuidando tu piel no tiene por qué ser una hipoteca.
✶ FAQ del Megahilo de prendas naturales de segunda mano:
¿Qué podrás encontrar en este megahilo del chat?
Lo más importante: solo habrá fibras naturales, es decir, lino, algodón, seda, cáñamo, cuero y ante, piel, lana de merino, lana escocesa, cachemira…
Ropa de marcas consolidadas, unisex sobre todo, ya sabéis que soy muy así, o femenina y masculina. De todas las tallas que encuentre. Precios que ronden los 20€ o menos (Aunque a veces abrigos y chaquetas pueden costar más por sus características)
En definitiva, prendas que yo compraría y al precio que yo pagaría por ellas. Que es muy poco. Soy muy buena buceando en las páginas de segunda mano, como muchos ya sabéis.
No me deja ver los enlaces que has puesto, ¿por qué no puedo entrar?
Este hilo de finds es exclusivo para suscriptores premium, si eres un free-sub no podrás entrar. La razón es que buscar y elegir las prendas me lleva mucho tiempo y esfuerzo para que cumplan con mis estándares de precio y calidad.
Plantéate ser suscriptor de pago, solo con lo que te ahorrarás en ropa ya te sale a devolver. :)
¡Todo esto y mucho más dentro del hilo!
¡Hasta la próxima!
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The Girl Pope, nuestro verdadero Ministerio de Sanidad
amo este tipo de información